Empoderadas pero solas

Compartir

Hoy haremos una reflexión sobre los vínculos, el equilibrio de energías y el precio de la desconexión. Tengo que reconocer que muchas veces debido a mi carácter o personalidad evito abordar temas controvertidos. Pero hoy haré una excepción. Empoderadas pero solas… La paradoja de la mujer actual. Si, lo sé arrancamos fuerte.

Últimamente me he topado con una ola de videos que me han dejado pensando.. y no quería dejar de comentar algo al respecto. Te pongo en contexto. Como ya sabrás… Por un lado, las mujeres (me incluyo) estamos activamente buscando ser cada vez más independientes nos atrevemos a ir a por nuestros sueños a nivel profesional y eso nos hace sentír más empoderadas. Por otro lado, hay un malestar creciente en las relaciones, mujeres que no encuentran hombres “a la altura”, hombres que sienten rechazo por parte de las mujeres empoderadas y vínculos que no logran formarse y menos sostenerse.

Algo está pasando. Y tal vez valga la pena detenernos a pensar un poco.

Algo que vengo observando – y cada vez con más fuerza – es cómo muchas relaciones humanas, especialmente entre los más jóvenes, parecen estar basadas en aspectos superficiales. Las mujeres, buscan hombres de alto valor o directamente por lo que pueden aportar económicamente. Y, por otro lado, noto cómo muchos hombres, conscientes de esta dinámica, prefieren volcarse en su desarrollo profesional, sin dejarse cautivar por la belleza o el deseo romántico. Como si todo se hubiera convertido en una especie de mercado de valores emocional, donde cada quien cotiza, invierte o se retira.

Esto no solo alimenta el desencanto, sino que también despierta desconfianza, frustración y una especie de guerra fría entre géneros.

¿Dónde está el deseo genuino de compartir la vida con otra persona?¿Nos preguntamos, alguna vez, cuál es la verdadera base de un vínculo real?
¿Dónde queda la importancia de las energías complementarias?

Cuando escucho decir a algunas mujeres que no quieren hombres con “energía femenina”, como si eso fuera sinónimo de debilidad. Me queda claro que aún no han entendido que todos, hombres y mujeres, tenemos dentro de nosotros energía masculina y femenina. La clave no está en negar una u otra, sino en aprender a integrarlas. La energía femenina es receptiva, empática, creativa. La energía masculina es estructurada, resolutiva, activa. Necesitamos ambas. El problema es que culturalmente se nos ha enseñado a rechazarlas o a imponerlas, según el género. Pero cada persona puede usar o expresar ambas energías en los distintos aspectos de su vida.

Creo firmemente que muchas veces este deseo de empoderamiento viene desde un cansancio profundo. Porque las mujeres seguimos cargando con muchas tareas que históricamente se nos asignaron por género. Y ahora que tenemos la posibilidad de trabajar fuera de casa, estudiar, etc. Lo nuevo se sumó a lo viejo y el resultado es agotamiento, saturación.

Otro tema que merece reflexión es la hipersexualización como símbolo de libertad y empoderamiento. Nos han vendido la moto acerca de que mostrar el cuerpo o explotarlo en redes es una forma de “ser libres”. Pero… A mi me da la sensación de que es todo lo contrario. Ya que eso sólo nos invita a ser esclavos de la aprobación externa. Nos expone a sufrir algún tipo de acoso, empiezan los problemas y como consecuencia de esta situación termina empeorando nuestra salud mental.

La verdadera libertad tiene más que ver con el pensamiento crítico, con la educación, con el autoconocimiento. Y también con salir del modelo que nos pide gustar todo el tiempo, incluso si eso nos incomoda o nos cansa.

Cosificarnos no es liberarnos. Es perpetuar otra forma de esclavitud.

En medio de todo esto, también es importante hablar de ellos. Porque muchas veces los hombres sienten que no son suficientes. Se les exige que sean proveedores, que sean fuertes, que estén disponibles, que no se afeminen, pero que también sean sensibles, atentos, empáticos… ¿cómo se hace para cumplir con todo eso? Y, como si fuera poco, algunos tienen amigas que con total liviandad sueltan frases como esta “la mujer que tengas dependerá de lo que puedas pagar”. Haciendo referencia a que las mujeres más guapas gastan más dinero en si mismas y por eso son más caras. Y esto aparte de ser de mal gusto, está haciendo mella la posibilidad de mantener relaciones sanas.

También está este concepto, bastante absurdo y cruel, de que a los 30 la mujer “llega al muro”. Como si a esa edad ya estuviera “vieja”, “caducada”, como si ya no fuera deseable. Como si solo valiera por su juventud y apariencia.Y muchas mujeres, al escuchar esto, entran en crisis. Porque sienten que se les paso el tiempo, que ya no “consiguieron” pareja, que están “fuera de juego” Y están condenadas a estar solas.

Lo que necesitamos, tal vez, no es más lucha, sino más conciencia. Detenernos. Replantearnos qué queremos construir con el otro. Pensar que la solución no está en dividirnos. Apostar por vínculos más amorosos, más reales. Bajar las exigencias del afuera, dejar el postureo y mirar más hacia adentro.Tanto hombres como mujeres necesitamos volver a dialogar, a compartir, a entendernos. Hay dejar de competir y empezar a acompañarnos.

Sí, es posible ser una mujer libre y también pedir contención. Es posible ser un hombre sensible y también tener fuerza. Lo importante es recuperar el respeto, el equilibrio y recordar que ningún extremo nos hace bien. Porque al final, lo que más anhelamos todos es sentirnos amados por lo que somos.

Gracias por pasarte una vez más por aquí.

Te mando un abrazo grande 🥰

Gisela 💓


Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio